¡Ya estoy de vuelta! Aunque pudiera parecer que he cerrado por vacaciones, no es así. Lo que pasa es que disimulo genial. Todo el año además, ¿eh? 😉
¡Ay, con la cantidad de veces que me he propuesto ser constante con el blog! Pero no hay manera, si no es una cosa es la otra, y si es la otra no es la cosa… Y así nos pasamos semanas con el blog sin calentar. Que conste que este verano he estado trabajando con alguna que otra receta de tarta de chocolate, he visitado «bakeries», he catado tartas nuevas, ideado nuevas recetas… ¡La cabeza no para!
Por cierto, ¿cuánto ha pasado desde la última receta salada? ¿Meses? Quizás… y no puede ser. Hoy espero soprenderos con estas deliciosas galletas saladas, perfectas para picotear entre horas con un buen vino, o cerveza, o un agua con gas fresquita, o lo que tengáis costumbre de tomar, que seguro que marina genial.

INGREDIENTES
200 g de harina integral.
20 g de harina de maíz.
2 g de levadura química.
60 g de leche vegetal (sin azúcar añadido. Yo he utilizado leche de avena).
100 g de aceite de sésamo o girasol en su defecto (en cuyo caso ya no serán al aroma de sésamo). Este aceite lo encontré en cierta cadena de supermercados que empieza con L y termina con L, por si no sabéis dónde comprarlo.
160 g de queso Cheddar curado rallado o cualquier queso curado que os guste.
Una pizca de pimienta negra molida.

Precalentar el horno a 180º con calor envolvente.
Aunque el queso venga rallado, picarlo más con la turbo.
En un bol mezclad las harinas y la levadura.
Añadid el queso, la leche vegetal, el aceite de sésamo y la pizca de pimienta negra (no hace falta sal porque el queso ya es suficientemente salado).
Mezclar hasta que os quede una masa fácil de trabajar. Quedará aceitosa, es normal. Haced una bola y, envuelta en papel film, dejarla reposar 15 minutos en el frigorífico.
Mientras, preparad las bandejas de horno poniéndoles papel de hornear.
Haced bolitas con la masa y aplastadlas sobre el papel de hornear con la mano.
Hornear durante 15 minutos o hasta que veáis que se doran.
Dejad enfriar sobre una rejilla.

Para que se conserven crujientes más tiempo, guardarlas en un recipiente hermético.
Espero que os gusten tanto como a nosotros. Si os animáis a hacerlas, fotografiarlas y dárselas a conocer al resto de la humanidad, para que este sea un mundo más sabroso. Si encima usáis el hashtag #bizpireta os convertiréis automáticamente en bellísimas personas.
Bon profit, bo proveito, que aproveche!
Jaja a mi me pasa igual con el blog 🙈. Tu artículo me ha hecho sonreír. Por cierto las galletas tienen muy buena pinta! Me lo apunto para hacerlas en los próximos días!
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