He de confesaros que esta no fue la primera receta de bizcocho salado que hice. Ésa me la reservo para más adelante, cuando esté más versada en el mundo blog. Que tiene mucho valor sentimental para mí. No os lo toméis a mal, prefiero dedicarle un post especial, como el primer aniversario, por ejemplo. Además, así os mantengo intrigados una buena temporada, que tampoco me viene mal 😉

Pero, bueno, el primer post es también muy importante, así que me he decidido por esta receta que es un clásico en cuanto a cake salés se refiere.

Es muy sabrosa, fácil y resultona. Si tenéis niños el éxito está prácticamente garantizado (además siempre estáis a tiempo de cambiar el ingrediente que no agrade por otro, por ejemplo, las aceitunas por pimiento, mozzarela… lo que se os ocurra, esta receta admite muchas variantes).

Ingredientes:
– 180 gramos de harina de trigo (yo siempre uso integral).
– 3 huevos.
– 100 ml de vino blanco.
– 110 ml de aceite de oliva virgen extra.
– 8 gramos de levadura química.
– 100 gramos de jamón cocido.
– 100 gramos de queso e mental.
– 100 gramos de aceitunas (en este caso he utilizado verdes, pero las negras también nos valen).

Lo primero que debéis hacer es tamizar la harina junto con la levadura, lo que permite que se airee y así el bizcocho quede más esponjoso. Reserváis.

Para no tener que esperar podéis ir encendiendo el horno, poniéndolo a 180 grados. Si tenéis turbo genial, si no, tampoco pasa nada, aunque es importante que dé calor por arriba y por abajo, así queda más uniforme.

Cortar el jamón en trozos pequeños y las aceitunas en rodajas para que se vean bien, rallar el queso (o comprarlo ya rallado, que es mucho más práctico) y reservar.

Batir los huevos junto con el vino y el aceite y cuando todo esté bien ligado, añadir los ingredientes del relleno. Si con el vino os resulta demasiado fuerte probad a sustituirlo por leche o mitad y mitad, el resultado no os defraudará. Por último añadir la harina tamizada. Es muy importante mezclar los ingredientes bien, así que no os cortéis con vuestro juego de muñeca.

Volcar la mezcla en un molde tipo plum cake y cocer durante 35-40 minutos. El bizcocho estará listo cuando introduzcáis un palillo o similar y salga limpio, de no ser así, paciencia y a esperar un poquito más. El tiempo dependerá de cada horno.

Et voilà vuestro primer cake salé listo para degustar. Bon profit, bo proveito, que aproveche!